Dime lo que amas y te diré quien eres

Desde hace más de ocho años en un colegio público de Córdoba utilizan la metodología de Proyectos de Trabajo para el desarrollo de su tarea docente. Una labor diaria de apropiación colectiva sostenida en la participación activa de alumnado,familias y profesorado.
Las tareas y los proyectos que se plantean surgen de todas partes: Unas veces, de la curiosidad de que observan chicos y chicas; otras, de sus preocupaciones, de lo que sienten por lo que acontece a su alrededor.
Una mañana, en el aula de 6 años, después de la proyección de un vídeo de Greenpeace que incorporaba la música de REM, sintieron la necesidad de investigar las causas y las consecuencias del daño que se estaba infringiendo a la naturaleza.
Acordaron abordar esta tarea y lo hicieron asumiendo desde el comienzo un ``rol´´ activo, de compromiso. Pensaban, se sentían y actuaban como parte de la explicación de la realidad con la que se iban  encontrando. La temática merecía que fuese analizada en primera persona. No querían adoptar una posición de meros espectadores, como si no tuviera nada que ver.

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Dicha noticia, encontrada en el periódico EL PAÍS una mañana yendo a la universidad me hizo pensar en el por qué algunas metodologías triunfan y otras fracasan repetidamente. Creo que la clave está en despertar la curiosidad del alumno. Hemos vivido muchas años donde los contenidos que se impartían en la escuela era algo ajeno para los alumnos, algo que no servía para nada y por tanto para qué preocuparse. En esta nueva metodología el alumno toma un rol activo, un rol en el que es necesario que el alumno se sienta motivado y despierto hacia la nueva temática. Por tanto en mucho más sencillo que el alumno sienta interés y curiosidad por una temática dónde se sienta protagonista, a otra que escuche en clase durante una hora y no le vuelva a aportar nada a lo largo del curso.

A raíz de este planteamiento, me surge una nueva pregunta que creo que todos en algún momento de nuestra vida nos hemos cuestionado... ¿Hay que aprender para saber mucho, o deberíamos solo aprender lo que nos sea útil para nuestra vida? ¿Deberíamos volver a plantearnos los contenidos del currículo oficial?


Comentarios

  1. Muy buenas preguntas al final de la entrada... yo tendría muy clara la respuesta. ¿Y vosotros? Un saludo

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